Condenado un transportista por dar el nombre de un amigo cada vez que le ponían una multa

Este aumento resulta, además, claramente insuficiente
Un guardia civil de trafico
Condenado un transportista por dar el nombre de un amigo cada vez que le ponían una multa

Quedarte sin carné de conducir no es el fin del mundo. Ni siquiera si te dedicas profesionalmente al reparto de mercancías por carretera. Basta con tener buenos amigos y… estar dispuesto a perderlos.

Ejemplo de ello es Santiago Eduardo Baldeón, de 33 años, quien al ser parado por la Guardia Civil por una infracción de tráfico no tuvo ningún reparo en decir que no llevaba el permiso encima y firmar después la denuncia haciéndose pasar por un excompañero de trabajo. Como le fue bien la primera vez, repitió la maniobra en otras tres ocasiones. El problema se produjo cuando al amigo empezaron a lloverle sanciones a las que no encontraba ninguna explicación.

Al descubrir el engaño, obviamente, quien había sido su amigo dejó enseguida de serlo. Pero este no se conformó con recurrir las multas que le habían enviado ante la Jefatura de Tráfico de Huesca –puesto que era en carreteras de esta provincia donde se habían producido las infracciones–, sino que denunció también lo sucedido en comisaría. El asunto acabó en el juzgado y el autor del ardid acaba de ser condenado. Pero no a los dos años y medio de prisión que pedía la Fiscalía por un delito continuado de estafa y falsedad en documento oficial, sino únicamente a un año por este último.

Un peligro al volante

Para la titular del Juzgado de lo Penal 4 de Zaragoza, "aunque engañosa", la conducta del encausado no encajaría dentro del tipo penal que se castiga como estafa. ¿Por qué? Porque considera que el engaño no tenía entidad suficiente y porque el damnificado tampoco sufrió pérdida patrimonial alguna, ya que recurrió las denuncias y no llegó a pagar ninguna. Argumento que durante el juicio puso de manifiesto la defensa, a cargo del letrado Javier Rodríguez Domínguez.

Lo que está claro es que con esta argucia el transportista pudo seguir trabajando sin carné. Y como ha quedado patente, parece que este hombre era un peligro para la circulación, ya que pese a haber perdido la licencia, seguía poniéndose al volante y cometiendo infracciones por doquier. Cuando fue condenado por un delito contra la seguridad vial, el juez le retiró el permiso durante 20 meses, medida que expiraba el 12 de mayo de 2013. Pero como nunca hizo el curso de reeducación vial, a los efectos, seguía sin licencia cuando le dieron el alto: hasta cuatro veces entre el 4 de febrero de 2015 y el 16 de febrero de 2016.

Santiago Eduardo Baldeón siempre dio a los agentes el nombre de su amigo cuando le pidieron que se identificara. Sin embargo, las dos últimas veces se negó a firmar los boletines de denuncia de la Guardia Civil de Tráfico. De ahí que a la hora de ser acusado por falsedad documental se le atribuyeran únicamente dos hechos.

Fuente: heraldo.es