El convoy de 100 metros que atravesará Navarra y cortará tres autovías, en marcha
Un megatransporte de 100 metros atraviesa desde esta noche carreteras de primer orden de la red de Guipúzcoa y Navarra. El convoy ha salido de Pasaia con destino al Cener de Sangüesa. Su trazado incluye la A-10 (Autovía de la Barranca), A-15 y Autovía del Pirineo. Se trata de un convoy especial de un aerogenerador destinado al mar de Japón. La diputada de Infraestructuras Viarias en la provincia vecina, Aintzane Oiarbide, se refería al transporte como "el mayor que ha circulado nunca por el País Vasco". El Gobierno de Navarra participa en la supervisión de la seguridad viaria durante el traslado.
Las dimensiones de la carga quedan evidenciadas en los cien metros de longitud de la plataforma sobre la que quedará depositada. Los 94,81 metros de largo, 6,54 de ancho, 5,32 de alto y 514,4 toneladas de peso ralentizarán su movimiento, que absorberá la potencia de tres cabezas tractoras. Un cuarto vehículo circulará a corta distancia como apoyo. En un símil lo suficientemente ilustrativo de las medidas del conjunto rodante, la longitud de la plataforma equivale a un campo de fútbol.
La envergadura reducirá el desplazamiento a una media de 15 kilómetros por hora, según las estimaciones efectuadas en la provincia vecina, donde se contemplan cortes de tráfico en tramos afectados durante la operación nocturna. El horario acotado para facilitar el paso del convoy especial se concentrará entre las 23.30 y 5.30 horas.
La ruta que ha arrancado en el puerto de Pasaia, continuará por la A-15 (Autovía de Urumea) hasta empalmar con la N-1 y desembocar en el puerto de Etxegarate. En tres jornadas, que en tramos más angostos obligarán a aminorar la marcha a 12 kilómetros por hora, el convoy alcanzará el límite con Alsasua.
El destino final es el laboratorio de ensayo de aerogeneradores del Centro Nacional de Energías Renovables (Cener) de Sangüesa, considerado como uno de los pocos en el mundo con capacidad para homologar el tipo de aerogeneradores que la empresa nipona Hitachi pretende colocar en el mar de Japón con unas cualidades de resistencia a "inclemencias meteorológicas extremas, tales como tifones o huracanes".
