Camiones a todo gas

La fábrica de Iveco en Madrid ya está preparada para aumentar la producción del Stralis NP, el nuevo modelo del fabricante italiano con el que pretende asegurarse una buena tajada del mercado de vehículos de carga de larga distancia impulsados con gas natural. En la planta, la única que produce camiones en España y una de las pocas de Europa, las expectativas con respecto a este modelo son altas: “El objetivo es que en el total de ventas, el 10% sean de vehículos de gas. En algunos mercados como el francés esto ya es una realidad, y para 2017 lo será en todas las plazas”, dice Gaetano de Astis, director de Iveco para España y Portugal.

La industria europea de camiones, dominada por cinco grandes (Iveco, DAF, Volvo-Renault, Daimler y MAN), está acelerando el paso para poner en la carretera vehículos más eficientes y en buena parte las prisas proceden de la multimillonaria multa de casi 3.000 millones de euros que la Comisión Europea les impuso el pasado julio. La sanción se impuso por pactar durante 14 años tanto cómo y cuándo cumplir los estándares de emisiones impuesto por Bruselas como los precios de los vehículos. Ahora ven en el uso del gas el camino y más rápido para reducir las emisiones contaminantes.

Para Iveco el uso del gas natural en vehículos industriales no es nuevo, llevan desde 1994 usando esta tecnología y tienen unos 15.000 vehículos de este segmento circulando, sobre todo en transporte regional y urbano. “El gran paso ha sido desarrollar un camión de gas con una potencia de 400 CV, lo que permite usarlo para el transporte internacional. Tiene además una autonomía de 1.500 kilómetros y transmisión automatizada”, explica De Astis. El Stralis es la apuesta de Iveco para dejar atrás en potencia a rivales como Scania, que vende uno de 340 CV.

Alternativa real

Para el ejecutivo, el uso del gas es hoy por hoy la única y verdadera alternativa al diésel a pesar de que este seguirá siendo el combustible predominante. Más adelante no duda de que se desarrollarán avances en los motores eléctricos, pero de momento no son capaces de mover 40 toneladas de carga en grandes distancias. Respecto a las emisiones, la propulsión de gas reduce entre un 10% y 15% las emisiones contaminantes del más avanzado de los motores diseñados para cumplir la normativa Euro6, la más exigente de la UE en vigor desde septiembre de 2015. De Astis destaca que una prueba de la apuesta de Iveco por el gas es la presentación, la semana pasada, de su prototipo Z, un camión futurista impulsado por biometano y prácticamente autónomo.

“Aparte de la reducción de emisiones, los camiones han avanzando mucho para reducir la tensión del transportista. No puedo decir que veo un camión totalmente autónomo en cinco o 10 años, pero sí que todos los fabricantes trabajamos en esa dirección”, explica el ejecutivo de Iveco. “La telemática, por ejemplo, prácticamente te dice cómo conducir. Y el GPS tridimensional analiza el kilómetro que tienes por delante en la carretera y es capaz de cambiar la marcha y reducir la velocidad si hace falta. Añadido a esto, apenas hay que tocar el volante porque no te permite salirte del carril. Faltan cosas, como que camiones de marcas diferentes puedan comunicarse entre sí, pero todo llegará”, dice De Astis.

En Iveco, como el resto de fabricantes y el sector de los transportistas, saben que el futuro de camión de gas en Europa pasa por tener la infraestructura adecuada. En España hay unas 40 estaciones de servicio que venden gas natural comprimido (GNC) y 19 de gas licuado (GNL) y para finales de este año habrá otras 30 (10 de GNL) para repostar. La idea de la Comisión Europea es impulsar una red que cuente con al menos una estación de gas comprimido cada 200 kilómetros y una de licuado cada 400. “Hoy ya es posible trabajar con un camión a gas por toda Europa con las limitaciones de tener que programar bien el recorrido y las paradas”, dice De Asitis. De lo que se trata es que en los próximos años sea más fácil.

El coste de un camión impulsado con gas como el Stralis NP es un 40% superior al de un diésel de similar potencia. En Iveco creen que en dos o tres años se recupera la inversión gracias al ahorro de costes y varias empresas han hecho los mismos cálculos. Una de ellas fue Transordizia, una firma de Irún (Gipuzkoa), que cubrió en julio pasado la ruta Madrid-Hamburgo con el modelo de Iveco, convirtiéndose en el primer transporte pesado en atravesar Europa utilizando GNL como combustible. La compañía, que cuenta con unos 125 camiones para transportar vehículos industriales, ha optado por 25 Stralis para adecuar su flota a las normas europeas sobre emisiones.

“Hace tiempo que decidimos apostar por los vehículos de gas pero no tenían la autonomía idónea para el transporte internacional”, dice Jesús Galindo,director general de Transordizia. “Así que con el apoyo del Ente Vasco de la Energía (EVE) desarrollamos un proyecto para poner un tanque extra en el camión para recorrer más kilómetros sin repostar. Lo conseguimos. Ahora con el Stralis digamos que todo eso ya viene en un vehículo de serie”, añade. La empresa prevé invertir unos 2,5 millones de euros en esos nuevos camiones.

“La expansión del uso del gas en vehículos es imparable y, para el transporte internacional es hoy la única opción realmente disponible y probada”, afirma Manuel Lage, secretario general de la Asociación Ibérica de Gas Natural para la Movilidad (Gasnam). “Le cuento una anécdota: el día que Iveco presentó el Stralis NP en Madrid, un empresario del transporte francés que distribuye para los grandes supermercados como Casino y Carrefour encargó allí mismo 250 unidades ¿Por qué? Por el ahorro de costes y porque dijo que era cuestión de tiempo para que en los accesos a grandes urbes como París se comenzara a restringir el acceso de camiones diésel. Ya hay grandes empresas como Mercadona o Mahou San Miguel que piden a sus distribuidores que tengan flotas menos contaminantes”.

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